En ‘Robot Dreams’, la habilidad de su director Pablo Berger para el humor irreverente se mezcla con la influencia de los maestros de la comedia física del cine mudo, como Charlie Chaplin y Buster Keaton. Sumado a una diferencia notable: la presencia de un rico paisaje sonoro que anima el ambiente.
Los sueños de Robot, a veces viñetas oscuramente divertidas, comunican su anhelo absolutamente sincero de compañía platónica, el único amor que ha conocido.
Sin embargo, entre Perro y Robot los cronogramas de vida tiene una ruta propia, y tal vez así es como deben permanecer. Con su conmovedor corazón de hojalata, ‘Robot Dreams’ nos lleva a apreciar la fortuna de tener un amigo valioso, ya sea por una temporada o para toda la vida.
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