FURY (2014)

Fury es una cinta escrita y dirigida por David Ayer. Esta representa su quinta película como director; a David Ayer ya lo conocíamos por películas como End of Watch (2012) y Street Kings (2008), que también entran en el género de acción. Sin embargo, esta es la primera cinta de guerra que filma.

La premisa de la cinta inicia en el año 1945 y nos sitúa en Alemania, durante la Segunda Guerra Mundial. Ahí se nos presenta a un grupo de militares comandados por Don “Wardaddy” Collier (un bien conservado Brad Pitt). De esa manera, la cinta no pierde tiempo y muestra el regreso a la base militar de este grupo de sobrevivientes al último encontronazo con fuerzas enemigas.

Así, sin más preámbulos, vemos la incursión al grupo de Norman Ellison (Logan Lerman), un joven con estudios de escritorio y que no debería estar participando de manera activa en combate; jamás ha manejado un arma y, por ende, jamás ha matado. En esa misma línea, las dos lecturas en las que podemos ver el filme están enfocadas al personaje de Brad Pitt —el experimentado— y Logan Lerman —el novato—. Además de los ya mencionados, el equipo lo conforman: un cristiano, encarnado por Shia LaBeouf; un mexicano menta madres, interpretado por Michael Peña; y el personaje incómodo Grady “Coon-Ass” Travis, en la piel de Jon Bernthal.

El desarrollo del filme es, en cierto sentido —y a mí me remitió a eso—, una “road movie”, aunque en esta ocasión no es un auto, sino un tanque de guerra llamado Fury el que lleva el hilo conductor, hogar de estos cinco combatientes de guerra. Así, la narrativa de la cinta está llevada a través de este gran pedazo de metal, tanto mediante los exteriores como los interiores del mismo, para integrar en cierto sentido al espectador con lo que sucede en pantalla.

Si bien creo que es un acierto intentar lo anterior, ya que vemos enfrentamientos de guerra que podemos visualizar de primera mano —porque vemos la táctica de guerra en ejecución instantánea—, y la dirección de cámaras me parece atinada porque es muy ilustrativa y nos hace partícipes de lo que sucede en el interior del Fury, la cinta peca de fondo, tanto en historia como en personajes.

Estos defectos en la cinta se ven desde el inicio: no tiene un contexto en el cual podamos plantarnos en terreno firme. Más allá de lo que el espectador sepa sobre la Segunda Guerra Mundial, no hay mucho que decir. Esto hace que uno vea a los malos (los nazis) contra los buenos (los gringos) combatiendo por proteger territorios y suministros, pero no más. Los personajes tampoco tienen un fondo real: ni Brad Pitt ni Logan Lerman se justifican del todo, ni justifican una posible empatía por parte del público. Es claro que cualquier situación en un contexto de guerra quizá nos mueva fibras, pero en una película debería de haber un fondo mayor.

Lo que me parece más desfavorable de la cinta es que, teniendo una narrativa que sale de lo usual cuando hablamos de películas de guerra o situadas en un contexto similar, en la parte final se vuelva un cliché, casi, casi, una épica griega, cosa que, desde mi parecer, le quita el mérito logrado, haciendo parecer aún más a esta cinta como un panfleto norteamericano. Incluso, en un determinado momento, en sus últimos minutos y tras el combate final, la cinta pierde su discurso y deja ver a los nazis como “gente compasiva”, cuando toda la película se propuso lo contrario.

Quizá estoy desvariando en gustos personales, pero así como digo lo bueno, me gusta decir lo menos acertado: la cinta cumple con entretener; la verdad es que las dos horas y quince minutos se pasan muy rápido, y, en términos de acción, sí es un blockbuster palomero, una cinta para pasar un buen rato, aunque con sus precauciones.

http://www.youtube.com/watch?v=hf7HMHRM_vQ

Mtro. En Historiografía y cinéfilo.

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