El Capitán Dinesen (Vigo Mortensen), abrumado, exhausto, desconcertado, desesperanzado, cae rendido tras la búsqueda desafortunada por encontrar a su hija Ingeborg (Viilbjork Malling Agger), su figura destruida ante nuestros ojos sentada sobre sí misma es víctima de un trepidante cambio colorativo en el cielo nocturno que es apabullante a la vista: la cromática y seductora fotografía de Timo Salminen se vuelve un momento cinematográfico de lucidez abrumadora que contrasta enormemente con el primer plano del hombre arrollado por la vida.
La Patagonia, tierra inhóspita para el capitán metódico, tierra poética para su hija, tierra infestada por los cabezas de coco, tierra que ha vuelto loco al capitán Zuluaga – el cual ahora vive vestido de mujer y es fomentador del caos-. Argentina, de colores intensos, de colores múltiples, de colores posmodernos, tierra que se traga todo, se ha tragado al oficial enamorado de Ingerborg, se ha tragado al danés Dinesen y a la misma Ingerborg. Así pasamos a la confrontación existencial, Dinesen, incomodo en la austral Argentina, la confrontación con su guía expedicionario que se siente tentado por el disfrute carnal de la hija, la confrontación con lo desolador de un mundo nuevo/ desértico/ surreal, la confrontación con la desorientación de una verde tierra de matices del siglo XIX, la confrontación con los cabeza de coco, la confrontación con la tortura de Zuluaga a la distancia en plano abierto.
Formato 4:3 académico de esquinas recortadas como simulando fotografía decimonónicas, como metáfora de la inmensidad de la Patagonia se frecuenta el encuadre en donde el horizonte a ¾ de la pantalla se observa envolvente, la cinta de un guion escaso y de secuencias abundantes, en donde la pasividad y contemplación es el principal atractivo de ‘Jauja’, el espectador termina por rendirse ante lo que observa: Ruptura espacio-temporal, la lógica llegada la parte final de la cinta no existe, el intelecto del espectador queda arrollado, la conexiones son claras: un soldadito danés, un perro malherido, una jovencita perdida -y encontrada por nosotros- en un mundo contemporáneo.
La libertad/Los muertos/Fantasma/ Liverpol de 2001/2004/2006/2008, respectivamente son cintas del argentino Lisandro Alonso que se apartan de la estructura de este filme, ‘Jauja’ es mucho más coherente pero también muy silente, el guion escaso, apenas nos deja claro el eje de la cinta, el marco histórico está presente pero al final de la cinta no importará, personajes misteriosos, el mismo Zuluaga/ la mujer de la cueva/ la quinceañera Ingeborg atemporal. Déjense llevar por contemplar una tierra que sin duda los dejará absortos por la belleza fotográfica, no hay un final en ‘Jauja’, sólo hay una poética visual.
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