En ‘Anatomía de una caída’, cada individuo presenta una visión completamente diferente de su existencia compartida; sin embargo, es difícil afirmar que alguno de ellos esté equivocado. ¿La verdad se encuentra en un punto intermedio o abarca las realidades de ambas? ¿O simplemente no existe? Justine Triet aprovecha sutilmente un sentimiento particularmente contemporáneo: la primacía de nuestras percepciones de la realidad sobre la realidad misma. Esta idea se ha abierto camino no solo en la política (donde la verdad se vuelve maleable), las relaciones interpersonales (donde las cosas a menudo son tensas), sino también en los hechos básicos de la existencia humana.
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