NIGHTCRAWLER (2014)

Nightcrawler es la ópera prima del otrora guionista Dan Gilroy, a quien conocíamos por su trabajo en cintas como The Bourne Legacy (2012). Desde este primer párrafo puedo adjetivar a la película como una sorpresiva obra que arriesga y cumple —acaso de manera inesperada— con las expectativas que yo tenía sobre ella: un filme perverso, inteligente y bien logrado por parte del director debutante, de cincuenta y cinco años de edad.

La historia gira en torno a Louis Bloom (Jake Gyllenhaal) y su ingreso al mundo del periodismo como reportero de sucesos perturbadores: accidentes, heridas de bala y demás situaciones extremas que pueda capturar en video para luego vender sus materiales a la cadena de televisión matutina de su predilección.

De entre todos los aspectos que podríamos analizar de Nightcrawler, me gustaría iniciar con su temática central: la ética laboral. ¿Qué es correcto mostrar en los medios televisivos? ¿Dónde termina la privacidad y comienza el irrespeto hacia la desgracia ajena? Gilroy apunta directamente al periodismo contemporáneo, donde las situaciones límite son cada vez más frecuentes, y el resultado es un consumismo desmesurado de material explícito.

La extraordinaria actuación de Jake Gyllenhaal se construye de manera casi natural; verlo en escena, siempre en primerísimos planos, con una perversión contenida, lo hace digno rival de Michael Keaton en la próxima entrega de los premios de la Academia. Louis Bloom es el antihéroe por excelencia: repulsivo, acartonado, inexpresivo, delirante y, en momentos, brillante. René Russo, en el papel de Nina, también ofrece una actuación muy sólida.

En términos narrativos, Nightcrawler es una cinta convencional que no pretende innovar en el lenguaje cinematográfico, pero esto no le resta mérito: a lo largo de dos horas logra ofrecernos un relato perturbador y entretenido sobre las obsesiones de un hombre sin educación formal, adicto al internet y obsesionado, de manera autodidacta, con ser el mejor en lo que hace.

Además, la cinta presenta una faceta particular de Los Ángeles: ambientes alucinantes bajo la luz de la noche, donde los constantes neones imprimen una identidad visual que identifica plenamente a la ciudad y que, sin duda, hará que recordemos la película también por esa atmósfera dinámica y vibrante.

En términos generales, Nightcrawler es una cinta perversa que se maneja con inteligencia, que emociona y desconcierta a partes iguales, y que está ejecutada de manera impecable.

Mtro. En Historiografía y cinéfilo.

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