‘The Road’, dirigida por John Hillcoat y estrenada en 2009, es una adaptación cinematográfica de la novela homónima de Cormac McCarthy. La película narra la historia de un hombre (Viggo Mortensen) y su hijo (Kodi Smit-McPhee) que viajan por un mundo postapocalíptico desolado y hostil en busca de un lugar seguro.
La población superviviente se ha reducido a salvajes, quienes convierten a los más débiles en esclavos y posiblemente los utilizan como alimento. En una tierra donde la comida escasea, los vagabundos buscan productos enlatados y temen convertirse en presa de los caníbales.
Los protagonistas, constantemente están en alerta contra las bandas de depredadores que buscan matarlos, encarcelarlos o devorarlos. El padre y el hijo no pueden confiar en nadie, y Mortensen ha inculcado implacablemente en su hijo la necesidad de protegerse contra los “malos”, aunque esto ha desencadenado en él el miedo inverso de que ellos mismos se estén convirtiendo en los malos.
Ambos empujan sus pertenencias andrajosas y los restos de comida que tienen en un carrito de compras. Sin duda, su posesión más preciada es su pistola, de la cual solo les quedan dos balas. Cuando llegue el momento, el padre sabe que debe armarse de valor para matar a su hijo y luego a sí mismo. Si se ven obligados a disparar el arma en defensa propia, eso limita seriamente su estrategia final de doble salida.
Las películas apocalípticas se pueden dividir en tres categorías: aquellas que plantean eventos que no sucederán realmente, aquellas que exploran la posibilidad de que realmente sucedan, y aquellas que presentan una visión de un futuro que realmente podría ocurrir. “2012” de Roland Emmerich entra en el primer grupo, “Children of Men” de Alfonso Cuarón en el segundo, y “Time of the Wolf” de Michael Haneke en el tercero. “The Road” abarca las dos últimas categorías.
Si llegara el fin y nos encontráramos luchando en un mundo de pesadilla, temiendo a los vivos y envidiando a los muertos, ¿cuántas balas nos gustaría tener?
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