‘Civil War’ se desarrolla en lo que parece ser el presente, pero en esta versión del presente una combinación de tácticas autoritarias y movimientos secesionistas han fracturado a Estados Unidos en múltiples facciones armadas y políticamente no especificadas. La cinta, más allá de ser una simple representación de un conflicto bélico, es una interesante reflexión sobre el papel de los medios y la belleza que puede surgir incluso en los escenarios más oscuros.
Después de que la joven Jessie, protagonista del filme, queda marcada por un encuentro temprano con un hombre que amenaza con disparar a dos cautivos desarmados, torturados y apenas vivos, Lee -interpretada por Kristen Stewart – le dice que no es su trabajo hacer preguntas o involucrarse: “Tomamos fotografías para que otros puedan hacer estas preguntas”.
Una de las razones por las que Lee es una leyenda en su campo es porque ha creado una coraza protectora a su alrededor. Quiere conseguir la fotografía. Eso es todo. Protege a Jessie, pero sólo en la medida en que la chica no frene o altere sus planes. “¿Fotografiarías ese momento si me dispararan?”, pregunta Jessie. “¿Qué piensas?”, responde Lee, como si la respuesta fuera obviamente sí.
Una de las facetas más llamativas de ‘Civil War’ es la capacidad de Garland para crear imágenes de una belleza inquietante. A pesar del caos y la violencia que envuelven a los personajes, la película nos regala postales apocalípticas que nos dejan sin aliento: ciudades en ruinas, paisajes devastados por la guerra y momentos de una poética inesperada. Esta dualidad entre la belleza y la destrucción es un reflejo de la compleja naturaleza del conflicto y de la capacidad del ser humano para encontrar la belleza incluso en medio de la tragedia.
Alex Garland, entierra el texto bajo el subtexto, en nombre de crear una experiencia convincente, hasta que dicho texto explota en la pantalla a través de Jesse Plemons , que tiene un cameo como un soldado que podría o no ser un oficial del Frente Occidental, pero que seguramente es un parásito de los restos del cuerpo político. Este demonio de voz suave y sonrisa burlona interroga al aterrorizado grupo de periodistas: “Well, what kind of American are you?” Sacando así lo peor de la sociedad occidental.
Sin embargo, es la parte final de la película la que genera mayor debate. El desenlace, cargado de simbolismo y ambigüedad, puede resultar desconcertante para algunos espectadores. Personalmente, pese a los huecos argumentales, las simplezas de ciertas acciones, Civil War es una película sin desperdicio.
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4Elis Itzarit, Mario Gutiérrez Díaz y 2 personas más
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