The Outrun

‘The Outrun’ es un viaje de recuperación tan poético como desgarrador, centrado en la lucha interna de Rona (interpretada por Saoirse Ronan), una mujer que busca encontrar sentido y esperanza en un mundo marcado por el alcoholismo, el dolor y la soledad. Adaptada de las memorias de Amy Liptrot, la película, dirigida por Nora Fingscheidt, ofrece un retrato complejo de una mujer en su proceso de sanación, donde la naturaleza juega un papel vital como espejo de su sufrimiento y renacimiento.

La interpretación de Ronan, siempre sutil pero profundamente visceral, es uno de los aspectos más destacados de la película. Rona es un personaje de contrastes, capaz de evocar tanto una ternura incuestionable como una feroz resistencia al dolor, y Saoirse Ronan transmite todo esto con contención. Su interpretación recuerda por momentos a la de Andrea Riseborough en ‘To Leslie’, en la que también se exploraba la adicción, pero mientras Riseborough trazaba el peligro latente de su personaje con una intensidad cruda, Ronan ofrece una mirada más contenida y, quizás, más desconcertante. Ambos personajes muestran las profundidades de la desesperación, pero en el caso de Rona, la lucha es más silenciosa, menos destructiva, más introspectiva.

La estructura no lineal de la película refleja el caos mental de Rona. Los recuerdos fragmentados, los cambios en su apariencia —como el color de su cabello, que simboliza sus diferentes estados emocionales— contribuyen a una narrativa desordenada pero profundamente genuina. Fingscheidt, al igual que en ‘System Crasher’, usa la cámara con un estilo único, casi documental, para capturar la distorsión de la realidad de Rona. La manera en que la película manipula el tiempo y el espacio transmite la misma confusión que experimenta el personaje mientras navega por la memoria y la adicción.

En este drama, el conflicto no es solo con el alcohol, sino con la vida misma. Rona se enfrenta a una pregunta esencial: ¿es posible ser feliz sin los escapes que ofrece la adicción? En un momento, un personaje le dice que la sobriedad no se vuelve más fácil, pero sí “menos difícil”. Esta simple verdad es, en última instancia, el núcleo de ‘The Outrun’. Todos enfrentamos batallas internas, no todas relacionadas con la adicción, pero todos compartimos la experiencia de lidiar con las dificultades de la vida, que nunca se vuelven simples, solo más manejables. A través de este prisma, la película se convierte en una reflexión sobre la resiliencia humana, sobre el dolor que forma parte del proceso de sanación.

El paisaje de las Islas Orcadas, frío y desolado, actúa como otro personaje en la película, reflejando el viaje de Rona hacia la calma. La belleza austera del lugar ofrece un contraste poderoso con el caos interior de la protagonista. A través de este entorno, Fingscheidt crea una atmósfera que, aunque dura y desafiante, está llena de la promesa de renovación.

Al igual que ‘To Leslie’, que no se limita a ofrecer una trama convencional sobre la adicción, ‘The Outrun’ desafía las expectativas, evitando la glorificación de la caída o la recuperación. En cambio, ofrece una exploración más sensible de lo que significa reconstruir una vida rota. La naturaleza, el espacio y el tiempo se combinan de manera intrincada, llevando a la audiencia no solo a través de la historia de Rona, sino hacia una meditación sobre la lucha universal de encontrar paz en medio del caos.

Mtro. En Historiografía y cinéfilo.

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